La ósmosis inversa es el proceso de desmineralización o desionización del agua al empujar el líquido a una presión determinada a través de una membrana de ósmosis inversa semipermeable; se trata de uno de los procesos más eficientes para la purificación del agua y que permite obtener agua potable sin sabor ni contaminantes químicos o biológicos.
¿QUÉ ES EL PROCESO DE ÓSMOSIS?
Para comprender cómo funciona la membrana de ósmosis inversa, primero deben conocer que es la ósmosis. En este proceso, las moléculas de un disolvente tienden a pasar a través de una membrana semipermeable desde una solución menos concentrada a una concentrada; en términos más sencillos, es donde una solución salina más débil pasa a una más alta. Un ejemplo en la naturaleza es el que realizan las raíces de las plantas al absorber agua del suelo. Debido a que la membrana permite el paso de algunas de las sustancias, el agua con baja concentración de sal comenzaría a transferirse al agua con alta concentración de sal.
Como su nombre lo indica, en la ósmosis inversa sucede lo contrario; por lo que se requiere una concentración de energía mayor. La membrana está diseñada para permitir el paso de las moléculas de agua y rechazar la mayoría de las bacterias disueltas, sales, compuestos orgánicos y pirógenos. Para hacer esto se debe usar suficiente presión y así empujar el agua a través de la membrana.
VENTAJAS DE TENER UN SISTEMA DE ÓSMOSIS INVERSA
Además de ser uno de los sistemas que mejor calidad de agua brindan, permiten eliminar una gran variedad de contaminantes, como sal, las partículas, coloides derivadas de otras etapas del proceso de tratamiento, como el uso de antiincrustante, cloro o biocidas, entre otros componentes. Entre sus principales ventajas destacan:
- Eliminan contaminantes. Permiten eliminar contaminantes como pesticidas, nitratos, fluoruro, bacterias, sulfatos, arsénico, productos farmacéuticos y más que están disuelto en el agua. Si el sistema también utiliza un filtro de carbón, puede eliminar las cloraminas y el cloro.
- Son fáciles de mantener. Ya que tienen pocas piezas móviles y son reemplazables, la limpieza y el mantenimiento son más sencillos. Únicamente requieren de una limpieza anual y cambiar los filtros para tener una duración media de todo el sistema de 15 años y de la membrana de tres a cinco años.
- Permiten ahorrar dinero. Los sistemas de ósmosis inversa son una de las formas más sencillas de purificar el agua, por lo que podrán ahorrar en comparación con comprar agua purificada que puede llegar a costar mucho dinero a largo plazo.
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